Estamos de fiesta o acabamos de empezar las vacaciones, celebramos algo o estamos ya en lo habitual de cada día… la cuestión es que «a nadie le amarga un dulce», como asegura el conocido refrán. Tan popular como este refrán es la receta que hoy presentamos: Pan de Calatrava.
Quienes conocen esta receta prescinden de la curiosidad que representa nombrar al pan y pensar en un dulce. Lo normal en una receta tradicional es que el pan sea uno de sus ingredientes, porque se trata de un dulce de los llamados «de aprovechamiento» y lo necesario para elaborarlo está siempre en nuestras despensas: leche, huevos, azúcar y pan.
Especialmente el azúcar y los huevos son ingredientes básicos en cualquier receta de repostería, que además se encuentran en la cocina de cualquier hogar. Es importante mezclarlos como primer paso de la elaboración y seguidamente batirlos bien hasta que el azúcar no rechine, lo que indicará que se ha disuelto, adquiriendo entonces la mezcla el aspecto de una crema suave y ligera, como si fuese una pomada.
A continuación, se añadirá la leche y se volverá a batir todo. Ambas mezclas pueden realizarse con el batidor manual o utilizando el batidor eléctrico, que ahorrará tiempo y esfuerzo, aunque formará algo de espuma que habrá que retirar después.
No está de más comentar que como esta receta es bastante sencilla y rápida de preparar, podemos poner a calentar el horno a máxima temperatura al inicio de las elaboraciones.
Una vez se tenga el azúcar, los huevos y la leche mezclados y batidos, se bañará con azúcar caramelizada el fondo de una cazuela que se pueda meter al horno, porque después habrá que cocer en ella el Pan de Calatrava. El azúcar caramelizada es el ingrediente que más tarde aportará al Pan de Calatrava su característico color amarronado y el sabor dulzón tan reconfortante para el paladar.
Elaborar el azúcar caramelizado es muy sencillo, aunque requiere también un poco de precisión: pondremos a calentar una sartén y echaremos unas cinco o seis cucharadas de azúcar y añadiremos una o dos cucharadas de agua, iremos removiendo para que al tiempo que se calienta el azúcar, se vaya también integrando el agua.
En unos tres o cuatro minutos, la mezcla se irá unificando y tomando la consistencia de caramelo. Es el momento de retirar la sartén del fuego y pasar el azúcar caramelizada, que está caliente y líquida, al fondo de la cazuela, porque de otro modo, por segundos que pasen de más, se quemará, tomará un sabor amargo y ya no servirá para nuestra receta.
En las tiendas de alimentación se puede adquirir el caramelo líquido envasado que diversas marcas comercializan para su uso en repostería y evitarnos así la elaboración del azúcar caramelizada.
A continuación, traspasaremos la mezcla realizada al principio y formada por los huevos, el azúcar y la leche a la cazuela cuyo fondo hemos caramelizado. Para evitar que el azúcar caramelizada se mueva y quede uniforme por todo el fondo de la cazuela, al echar esta mezcla líquida se recomienda hacer el vertido a través de un colador.
Y ahora es el momento de incorporar el ingrediente que identifica esta receta: el pan. Cortaremos unas rebanadas finas de pan, mejor si es del día anterior, y las iremos colocando sobre la mezcla líquida de la cazuela, cubriendo toda la superficie superior, también echaremos las migas, dejando que se empape el pan.
Utilizar rebanadas de bizcocho, de torta secreta o de magdalenas tendrá el mismo resultado para la elaboración y aportará un sabor más dulce al Pan de Calatrava.
Llegó el tiempo de la cocción. Introducimos en el horno una bandeja con agua y colocamos encima la cazuela con la elaboración del Pan de Calatrava, porque se cuece al baño maría. Dejamos en el horno a temperatura de 180 oC durante unos 50 minutos, más o menos. Pasado este tiempo, este dulce con aspecto de flan ya estará cocido. Se sacará del horno y se dejará enfriar en la misma cazuela.
Como este dulce se sirve frío, el Pan de Calatrava deberá reposar al menos 24 horas en la nevera, con ello conseguiremos una delicada textura y un sabor delicioso. Esto implica además, que tendremos la previsión de elaborarlo el día antes de la jornada que vayamos a consumirlo.
Por último queda comentar que, llegado el momento de servir el café, sacaremos de la nevera la cazuela y desmoldaremos el Pan de Calatrava justo antes de ponerlo en la mesa. Lo voltearemos sobre una bandeja amplia y nos encontraremos sorpresivamente con el caldo y con la parte más consistente del dulce, porque durante la cocción, las rebanadas de pan se sumergen hasta el fondo y al presentar el Pan de Calatrava sobre la bandeja, mostramos su textura y color más característico, y un aroma a caramelo que hace del Pan de Calatrava uno de los dulces más apetecibles para cualquier celebración.
¡Buen provecho!