Las recetas que tienen el arroz como ingrediente principal son innumerables y variadas en su elaboración: guisado, cocido, hervido, frito, al horno…
Con este calor, leer la palabra horno en una receta puede aturdirnos; sin embargo, cualquier buen comensal sabe que un arroz al horno que haya sido bien preparado y se haya cocinado en su punto puede servirse templado, porque sus propiedades nutritivas se mantienen y la exquisitez de su aroma y sabor incluso se incrementa.
Al arroz le pasa como al trigo, que son alimentos ricos en hidratos de carbono, es decir, aportan la energía necesaria a nuestro organismo. Por sus cualidades culinarias, el arroz admite numerosas preparaciones. La propuesta de hoy es arroz con garbanzos y bacalao, una receta sabrosa y apetitosa cocinada al horno.
Cierto es que esta receta conlleva varias elaboraciones, pero el resultado bien merece el tiempo y la dedicación que se precisa para cocinar este plato de arroz, que se acompaña de una cabeza de ajos, ocho o diez tiras de pimiento rojo, tomate triturado, garbanzos cocidos y bacalao desalado y desmigado, aceite de oliva virgen, caldo de cocido, azafrán y sal. Y tan importante como los ingredientes es también la cazuela de barro donde se cocerán en el horno. Esta tiene que ser de dimensiones apropiadas para que cuando se echen el caldo, el arroz y los demás ingredientes, todo quede bien repartido por la cazuela.
Iniciaremos el cocinado calentando el aceite de oliva virgen en una sartén honda para freír la cabeza de ajos entera y sin pelar, que apartaremos para freír en ese mismo aceite las tiras de pimiento rojo, que también retiraremos para realizar un sofrito con las migas de bacalao y el tomate triturado. A continuación, añadiremos a este sofrito el arroz (la medida es un cazo o cucharón de arroz por comensal) y terminaremos de completar el sofrito.
Seguidamente, pondremos a hervir el caldo en una cacerola (la medida es un cucharón de caldo por persona, menos uno; es decir, si cocinamos para seis comensales, hay que poner cinco cucharones de caldo). En caso de que no disponer de caldo previamente, se puede recurrir a utilizar agua en la misma medida enriquecida con una pastilla de caldo concentrado, que le aporta sabor y es una alternativa para sustituir el caldo de esta receta.
Mientras el caldo se calienta, es el momento de encender el horno para que alcance la máxima temperatura y poner en la cazuela de barro el sofrito de bacalao, tomate y arroz que habíamos preparado anteriormente, junto con los garbanzos.
Cuando el horno ya esté a la más alta temperatura, echaremos el caldo hirviendo a la cazuela y repartiremos bien todo el sofrito, poniendo en el centro la cabeza de ajos y las tiras de pimiento rojo que habíamos frito al principio de la elaboración, disponiendo el pimiento como si fuesen los radios de un círculo. Se condimenta con azafrán y sal y se mete rápidamente la cazuela al horno para evitar que se ponga blando el arroz. Entonces, se baja la temperatura a 200 0C y esperamos una media hora que es el tiempo de cocción del arroz.
Cierto es que el arroz al horno con garbanzos y bacalao resulta un plato para consumir muy de vez en cuando, aunque por lo económico de sus ingredientes y los hidratos de carbono y proteínas que aportan a nuestro organismo, lo cocinaremos con agrado porque sirve de plato único y acompañado de una ensalada ya tenemos la comida del mediodía.
¡Buen provecho!