En ella podrás descubrir los siguientes puntos de interés:
Cueva del Lagrimal
Cueva de la Horadada
Cueva del Tesoro
Cueva del Lagrimal
Cueva de grandes proporciones (330 m2 de superf.). La entrada tiene unas dimensiones de 14,8 x 5 m y una profundidad de 30,5 m. El techo está ennegrecido. Su formación se debe a una fisura longitudinal que recorre el techo de la cueva, a través de la que se filtra el agua, provocando la disolución de la roca. Se encuentra situada en uno de los rincones más bellos del término, con encinas, quejigos, pinos carrascos y matorral lauroide denso.
Cueva de la Horadada
Gran cavidad abierta en la roca, con un agujero en el techo. La entrada es una gran boca frontal orientada al E de 20 x 20 m aprox., con unos 32 m de fondo y unos 35 m de altura máxima. Presenta inclinación ascendente desde la entrada. La roca del interior está modelada en nidos de abeja o alveolos, por efecto del viento. Se encuentra en la ladera del monte, rodeada por pinar y matorral con coscojas, enebros, jaras, etc.
Cueva del Tesoro
Pequeña cueva formada por disolución de la roca a partir de una fisura. Boca de entrada a ras de suelo, de unos 0,60 m de diámetro. A continuación se encuentra un corto túnel que hay que atravesar arrastrándose en ligero descenso, y tras el cual se abre una pequeña sala y varias galerías de no mucha longitud. Se encuentra situada en zona relativamente llana de espartal – romeral, con algunos pinos carrascos dispersos, en las proximidades de un camino.